Al estarme poniendo sus calcetines, pensé: "estos son de mi padre, los usa cuando va a hacer ejercicio". De tal manera, comencé a imaginar cómo sería un día de mi papá: ¿qué sentirá, cómo lo tratará la vida y cómo sería que él trataría a los demás?. Pensé que tal vez mi padre, a sus 50 años quiere seguir siendo fuerte y por eso va al box...y yo que tanto le he repetido que a su edad ya no es bueno ese ejercicio. Pues con sus calcetines puestos me puse a pensar lo que él sentiría al escuchar esas palabras mías.
Por eso, ahora comprendo esa frase tan trillada de "¡Ponte en sus zapatos!". Pero no fue hasta que coloqué los calcetines de mi padre en mis pies, que lo pude comprender. Hoy creo que Jesús también me invita a mí y te invita a ti a ponernos en la vida y en el lugar de los demás, para poder comprenderlos, respetarlos y amarlos.
¡Para Gloria suya! Amén. =)